jueves, 18 de marzo de 2010

Ay, gandalla


Queridos pececillos;

En la clase de hoy les voy a hacer una breve introducción de un término muy usado en México pero aquí, en España, desconocido: gandalla.

Gandalla se dice a aquel personaje, masculino o femenino, que se aprovecha de una situación o de una o varias personas. Lo que en castizo ha sido siempre "el jeta", vaya.

Ya saben, ese tipo que se la pasa pidiendo favores a los demás: ¿podrías dejarme algo para acabar el mes?, ¿me prestas tu compu este fin?, ¿me ayudarías en la mudanza?, ¿puedes hacerme tú la gestión que yo es que no me aclaro?... etcétera, etcétera... les suena, verdad?. Y te juran agradecimiento eterno, te aseguran que cuando tengan la oportunidad te devuelven el favor pero incrementado y te cubren de alabanzas y elogios.

Pero a la hora de la verdad, amigos, nunca tienen, nunca pueden, nunca están. Si te debían, nunca les viene bien regresarte el dinero. Si les pides que te presten algo, ese algo estará estropeado o lo necesitan a vida muerte. Si lo que precisas es que realicen algo por tí... ufff.. justo ese día no van a estar disponibles...

No hacen nada por nadie que no les reporte algún tipo de provecho y si se muestran generosos es porque están esperando recoger mucho más. El gandalla no trabaja en vano: es un profesional.

Suelen ser simpáticos y con cierto carisma, lo que no es gratuito ya que de su capacidad de seducción depende su supervivencia parasitaria. De hecho, el gandalla "medalla de honor" puede estar sangrando a la misma víctima durante mucho tiempo y ésta no ser consciente de estar siendo abusada, excusando el imperdonable comportamiento del gandalla una y otra vez: "es que no tiene trabajo" (porque no lo busca), "es que le dejó su mujer" (porque se hartó de llevar cuernos), "es que no me quiero quedar sola" (si ya lo estás, hija), "es que si no le ayudo, no lo hace" (no te jode¡¡).

Tengan cuidado, amiguitos, porque el gandalla está por todos lados. Si ustedes son de ese tipo de buena gente que no sabe decir un saludable "NO" a tiempo, estén ojo avizor porque son presa fácil de este indeseable colectivo.

Háganme un favor y háganselo a sí mismos: si tienen a alguien cerca que le suele pedir favores, apliquen la siempre sabia regla del tres: si a la tercera, no reciben ustedes compensación satisfactoria, borden en punto de cruz un panamá a dos colores con la leyenda "soy un gandalla", enmárquenlo y regálenselo a la siguiente oportunidad que el gandalla haga su aparición.

¿Y ustedes?, ¿cuál ha sido su experiencia gandalla?