martes, 30 de marzo de 2010

Del miedo

Me he desayunado con la noticia que leo aquí sin sorpresa alguna más que la me causa la sorpresa ajena ante dicha información. Al menos para mí y para muchos que conozco -era vox populi- , ya corría el rumor desde hace añísimos. Incluso se le ha relacionado con un sexsymbol patrio que acaba de sacar un disco.

Saco a colación esta noticia porque me ha venido a la cabeza la situación por la que atraviesan muchos hombres y mujeres en escenarios parecidos. Tiene que ser terrible pasarte la vida fingiendo que eres otro, que te gusta lo que no te gusta, que amas lo que no amas, llegando incluso a involucrar a amigos, novios y novias en la farsa.

Y todo por miedo. Por miedo a no ser entendido, a dejar de vender discos, a perder un trabajo, a que tu familia te desprecie, a que la gente te señale con el dedo. Miedo a ser un marginado porque tu sexualidad no es la de la mayoría.

Que alguien me lo explique por favor. Que alguien me diga porqué uno es mejor que otro en función de con quién se acuesta. Que alguien me explique porqué el trabajo de un heterosexual es de más calidad que el de un gay. Que alguien me explique, por favor, si en el trabajo artístico de alguien es vital saber si su pareja es hombre o mujer. ¿Porqué nos importa tanto saber a quién mete el otro entre sus sábanas?.

Yo no voy por ahí diciendo que soy heterosexual, así que tampoco veo la necesidad que nadie me vaya informando de sus preferencias en la cama. Me importa un pito. Exactamente igual que no voy preguntando cuánto ganas, si a tu chico le gusta practicar sexo oral o cada cuánto te depilas porque considero que eso pertenece a tu intimidad, tampoco pregunto con quién se acuesta uno porque considero que no es relevante en su relación conmigo.

Eso sí, si somos amiguitos, me gustaría conocer a tu pareja (chico, chica, muñeca hinchable o zepelín) pero también me gustaría que no tuvieras que ocultarte por miedo, que no tuvieras que mentirme y sobre todo, que no tuvieras que mentirte a tí mismo.

La próxima vez que alguien escupa un "maricón" o "bollera" como insulto, por favor, reflexionemos si de veras nos importa tanto con quién tenga sexo el aludido/a. Igual, si es tan importante, es porque ellos y ellas hacen lo que otros desean y no se atreven y sólo les queda el recurso torpe y zafio del insulto.

P.D.: Felicidades, Ricky Martin, mi admiración y mi respeto están contigo hoy.