viernes, 6 de agosto de 2010

Cartero metafísico

Hace como media hora me ha ocurrido una de estas cosillas que hacen que una pierda la fe en la inteligencia humana. Definitivamente, el día del reparto a alguno le pilló durmiendo. Les cuento, pececillos, en homenaje al blog de una gran recopiladora de perlitas...

Salí a desayunar con mi compañero Charlyboy al café de enfrente de la oficina y de regreso, mientras aguárdabamos a que cambiar el semáforo, veo a un señor funcionario de correos parado en el portal inspeccionando meticulosamente los botones del panel del portero automático. En dicho panel, no todos los pisos están identificados porque un buen tanto pertenecen a una especie de residencia y se agrupan en uno, pero el nuestro sí lo está con el nombre de la empresa y el piso.

Cruzo la calle, me acerco sonriente y le pregunto:

- Disculpe, a qué piso va?
- Al 2º A...
- Estupendo, yo le atiendo, así no tiene que subir.
- Es que no encontraba el piso...
- Ah, pues aquí lo pone -le señalo el botoncito que luce el nombre de mi empresa y el piso- .
- Ya, si lo he visto pero como no conozco el portal no sé si es ese...
- Pero si lo pone y lo ha visto, no entiendo cuál es la duda...
- Que no sé cuántos 2º A hay, ¿ y si no es ese y es otro?  como hay muchos pisos sin identificar y no conozco el portal...
- Hombre, no creo que haga falta conocer todos los portales de Madrid para saber que lo normal es que si tiene que ir al 2º A y pone 2º A lo más probable es que ese sea su destino, no le parece?.
- Pues no, por ejemplo, aquí pone 3º A... me dice el tío, misterioso....
- ¿Y?, pregunto yo ya nerviosita...
- Pues que podría ser el 2º A...

Acabáramos... este hombre disfrazado de humilde funcionario de correos en realidad es metafísico y está en pleno viaje doblando los planos del tiempo y el espacio y me ha tenido que tocar a mí sus desvaríos...

- Pues podría, amigo, pero no lo es.. el 3º A es el 3º A y el 2º A es el 2º A y no le de usted más vueltas, hombre de dios, que hace mucho calor y no tengo ganas de juegos mentales. Me da el paquete?

Me mira el tipo como con sospecha y me pregunta:

- ¿Es usted Trybeca?
- Sí -afirmo con toda la seguridad y aplomo que soy capaz antes de que me invada la ira asesina- lo soy.

Me escanea de arriba a abajo como si fuera Terminator y con sus ojos leyera información fundamental para identificarme. Yo por dentro temblaba y me estaba enfureciendo por momentos, ya me estaba imaginando sus dudas: ¿será ella realmente o me estará mintiendo? ¿le pido el dni? ¿y si lo ha falsificado? ¿como sé que no hay más que una trybeca en este portal?...

Creo que debió adivinar que su vida estaba en peligro si osaba lanzar al aire otra de sus preguntas metafísicas y se decidió a entregarme el paquete no sin firmar antes un recibo, mismo que examinó cuidadosamente a ver si ponía mi nombre realmente o me pillaba en un renuncio.

Cuando entré en el ascensor, camino a mi oficina, solté una carcajada imaginando al tipo cada noche al llegar a su casa y preguntándose: ¿es ésta mi casa o hay otra igual? ¿será ésta mi mujer o un clon? ¡cómo puedo saberlo si no he estado en todos los pisos del edificio¡¡.