jueves, 20 de enero de 2011

Yo no era así (tercera parte)



Queridos pececillos:

Ustedes que me siguen desde tiempo inmemorial (y si no, pues bienvenido) me han acompañado en mi particular proceso de mutación en el que me he he transformado de crápula monógama sucesiva, fumadora empedernida, coleccionista de amantes, asídua de saraos y clubes de mala muerte y con unos niveles de alcohol en sangre respetables a la madrugadora, diligente, cocinillas, fidelísima y bien avenida esposa, madre de una churumbela, con analíticas dignas de exposición.

Todo un cambio que, oigan, mi esfuerzo y lágrimas adaptativas me ha costado. Pero casi lloro de puro orgullo cuando ví por vez primera en años unos análisis de sangre en los que el colesterol era digno de una púber quinceañera sanota.

Y no digamos lo que me ahorro en salidas nocturnas. Sí, lo digo: todo, me lo ahorro todo porque yo a las once me acuesto como una gallina ponedora. Ya no me saludan los camareros. Ni conozco a los dj´s de los antros. Las escasísimas resacas que he sufrido han sido de manufactura casera. Vamos, que se me ha ido la mano con el vino de la cena.

Ya no tengo vestuario para salidas nocturnas, ni purpurinas, ni taconazos. Regalé todos mis vestidos de noche, mis tops de lurex y escotazos, mi super abrigo 70´s que me hacía parecer Bianca Jagger a punto de entrar en Studio 54, mis salones de Prada (esos también). No me hacen falta.

En este camino de purificación y buenrrollismo conmigo misma, no caben los accesorios que incitan al desparrame, que yo soy mucho de liarme y a ver luego quién se levanta a preparar a la Lola para la guarde.

Bueno, pues como una ha sido mucho de... cómo lo diré... "alteraciones artificiales de conciencia" me ha quedado la costumbre. Como dice el Mandarín: mira que te gusta una pastillita. Efectivamente: me gusta mucho eso de la felicidad hecha un redondel pequeño y tragable. De colores, a ser posible. Y no veas qué variedad hay en los herbolarios. De todo. Para todo.

Soy fan. Hoy mismo he hecho un pedido a Londres de Chlorella, Spirulina y algas AFA. Morada a algas me voy a poner. Que viendo los precios igual y me sale a cuenta comprarme un acuario y dejar que las algas lo invadan. Creo que probaré con una maceta del balcón.

Y es que las algas, la lecitina, el miso y yo somos uno. El Mandarín hace su taichí a la que amanece y yo me atiborro a pastis. Tan felices, oigan.

Pero hete aquí que la UE me quiere quitar mis cápsulas de salud y bienestar. Que quieren prohibir la venta de plantas medicinales. Que la manzanilla va a ser ilegal¡¡¡. ¿Se dan cuenta del despropósito?. Lean amigos y cabréense. Pero mucho. Y luego sean tan amables de quejarse vía carta rellenando sus datos aquí.

Piensen en mí, amigos, no permitan que la UE y las famacéuticas me devuelvan a las calles, que ya la he liado lo suficiente. Firmen, amigos, y colaboren para un mundo con menta-poleo y cardo mariano (que es un nombre genial, no me lo nieguen)

P.D.: lo del fumeque, ustedes dispensen, pero no lo dejo aún.
P.D.2: Me han entrevistado y pueden leerlo (y ponerme cara) aquí